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En cierta ocasión oí decir que en San Sebastián había unos 180.000 médicos en el sentido de que casi todos los donostiarras, ya fueran fruteros o marinos mercantes, se permitían dispensar consejos médicos a quien se los pidiera y a quien no. Esto se puede extrapolar al resto de la humanidad y a otras materias como la que a nosotros nos ocupa; el derecho.
Paralelamente a este prescriptor médico amateur, en el mundo jurídico, contamos con una figura análoga: el cuñado.
La ignorancia audaz y con iniciativa característica del cuñado combinada con las medias verdades o mentiras enteras que le suele contar su “cliente” suele tener consecuencias catastróficas para propios y extraños.
Su modus operandi suele ser algo así.
Cuando el cuñado se entera, por ejemplo, de que un familiar tiene problemas económicos se apresurará a aconsejarle que deje de pagar, por ejemplo, los plazos del coche, que como mucho la financiera se quedará con el vehículo y seguramente ni eso; “a las financieras no les interesa acumular coches” sentenciará rotundo.
Y curiosamente el tiempo le acabará dando la razón, como a la financiera no le interesan los coches usados decidirá embargar la vivienda familiar.
El cuñado no se arredra ante estos contratiempos colaterales. Cuando el destrozo ocasionado en la vida familiar de su “cliente” termine con éste divorciándose, se vendrá arriba con toda una serie de recomendaciones a cada cual más intrépida, desde que denuncie malos tratos -sin haberlos- hasta que que no pague la pensión de alimentos.
Entretanto azuzará a su “cliente” haciendo la ruptura lo más conflictiva posible y en paralelo seguirá aconsejando en los temas más diversos; no soples en el control de alcoholemia, engaña al seguro, defrauda en tal o cual tributo, di que aquél día tu coche lo conducía fulano, trabaja estando de baja, trabaja cobrando el paro…un no parar.
Ya en esta fase, en aproximadamente el 100% de los casos, aseverará solemnemente que “para menos de 2 años nadie entra en prisión” con la misma contundencia que si enunciara una ley física inmutable y los condenados a los que no se les suspende la pena de prisión fueran seres mitológicos.
¿Visitan los cuñados a sus “clientes” en prisión? Lo desconozco, aunque les honraría hacerlo tal vez sea mejor que dejen levantar cabeza a sus aconsejados.
Existe una variante a gran escala de este fenómeno, el todólogo o cuñado tertuliano en radio o TV. Lo mismo aconsejará al legislador sobre lo conveniente de reformar cualquier texto legal que nos ilustrará sobre sismología o exoplanetas si se lo marca el guión de la actualidad.
¿Qué perjuicio económico ocasionan anualmente?¿Qué porcentaje del trabajo de cada letrado se dedica a desfazer cuñadismos?
Diario Jurídico
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