Hasta el más descreído de los ateos cree a pies juntillas que el alcohol, el juego, el tabaco, la velocidad son puertas del infierno y por eso la Administración ha intentado poner medios para que los ciudadanos libres, si deciden abrirlas, lo hagan sabiendo a que se pueden enfrentar.
Nos dicen que bebamos con moderación, que apostemos con responsabilidad y ya quedan lejos la publicidad indiscriminada de tabaco y los anuncios de coches que sólo vendían velocidades absurdas.
Como despacho participante en el Servicio de Asistencia Jurídica ante Riesgo Hipotecarios de la Diputación de Guipúzcoa tenemos conocimiento de otra puerta del infierno aún sin señalizar: El endeudamiento (excesivo).
Se nos bombardea con publicidad de créditos que banaliza el endeudamiento. Todo es fácil, cómodo, sin complicaciones. La única referencia a una cara B es una minúscula banda ilegible que se desliza rápidamente por la parte inferior del televisor. Su contenido daría para otros escritos, centrémonos por ahora en su invisibilidad, especialmente invisible en los televisores de tubo del sector de población objetivo de estos anuncios.
En su día la Administración hizo bien en advertirnos de que el tabaco y el alcohol eran algo más que el glamour de sus anuncios. Hizo bien también en intervenir en la publicidad del juego y de automóviles.
Creemos que ha llegado el momento de que se regule también la publicidad de créditos y de que se inicien campañas de publicidad institucional que conciencien a la población de los riesgos del endeudamiento excesivo y/o irresponsable.
Ya tenemos quien nos muestra las sonrisas que proporciona el dinero rápido, alguien tiene que mostrarnos la cara B del endeudamiento.
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